El invierno, con su clima y bajas temperaturas, afecta la piel, generando algunos malestares. Con prevención y cuidados podemos ayudar a recuperarla para que siga luciendo sana y radiante.
Rostro: Aplicá una doble hidratación a tu rostro por la mañana y antes de tu crema hidratante habitual. Te sugerimos el Gel ADN Vegetal o el Gel Hidratante con liposomas de vitamina C. Ayudarán a la piel a recomponer sus niveles naturales de hidratación y humectación, que se vieron alterados durante el invierno; además de brindarle mayor protección antioxidante. ¡¡¡Tendrás…doble hidratación + doble protección!!!
Labios: Son los más abandonados en el cuidado, a pesar de su irritabilidad constante. Por eso, antes de salir, untalos con un protector labial que renovarás varias veces por día. Ante el primer signo o sensación de resequedad, aplicá Ungüento Caléndula & Manzanilla o aceite de Almendra. Recordá hidratarlos siempre por la mañana y nutrirlos por la noche.
Manos: Aplicá sobre tus manos una dosis generosa de Crema para Manos Reconstitutiva para que las hidrate, humecte y regenere. Usala después de realizar las tareas cotidianas, la higiene diaria o contacto con el agua. Recordá que el uso de guantes previene su resequedad y descamado. Aplicá también a la noche, potenciándola con unas gotitas de aceite de Almendra.
En todo el cuerpo, a la noche: Recuperá la tersura, suavidad y humectación de tu piel, usando una crema rica en vitamina A y ácidos grasos saludables (Olive Mousse). Aplicala en cuello, brazos, manos, piernas y tronco. Ayudará a la piel a normalizar su humectación natural, reduciendo los signos de sequedad y/o descamado que pueda haber ocasionado el invierno y/o la calefacción. Además, el aceite de oliva le brinda un efecto humectante, restaurador y protector.
¡Ahora, a poner en práctica estos consejos para tener una piel espléndida todo el año!