Como todo organismo vivo, el cabello tiene un aspecto externo y otro interno que se relaciona directamente con lo emocional, ya que los altibajos psicológicos o estados emocionales influyen directamente en su estructura y apariencia.
El pelo graso, por ejemplo, tiene esa condición no sólo porque está insana la zona capilar, sino porque existe cierto desequilibrio emocional que promueve ese estado.
De aquí, la importancia de saber qué emociones perjudican el cabello para tratarlo.
Nervios y grasitud
El sebo cutáneo es un protector. Aún así, su exceso causa tanto molestias estéticas como trastornos en la vitalidad de la fibra capilar, se relaciona con etapas de grandes cambios hormonales o de intenso nerviosismo.
Una persona estresada tiene su metabolismo alterado y tendencia a una alimentación desequilibrada que ayuda a acumular más grasas.
Depresión que reseca
La sequedad del cabello se relaciona con el exceso de sol, abuso del secador o planchita, calefacción y el uso de productos químicos. Pero además, con estados depresivos y agotamiento nervioso que llevan a la pérdida de flexibilidad capilar. Así, el pelo se torna deslucido, descolorido y quebradizo.
Caída libre y estrés
El estrés y la ansiedad de la vida diaria afectan todo el organismo. El cuero cabelludo recibe oxígeno de la irrigación circulatoria y una tensión cervical reduce el aporte de sangre y hace que pierda oxígeno y nutrientes. Este es el camino a la muerte del folículo piloso, del cual depende la estabilidad del pelo.
La flaqueza, debilita
El volumen depende de la fuerza de las personas. Cuando estas afrotan situaciones difíciles, el cabello pierde fuerza porque la energía vital se apresta a estimular áreas imprescindibles para la vida. La médula del pelo se afina y este pierde volumen. Que el cuerpo restaure su energía ayudará a recuperarlo!!!
Te invitamos a leer la nota “Cómo tener un cabello sano y fuerte” en los que te daremos tips para cuidarlo.
Fuente: Depto de Capacitación Deva’s
Importante: La información brindada no reemplaza ninguna preescripción o consejo médico. Si estás embarazada, consultá a tu médico antes de usar cualquier producto cosmético.