Por sus propiedades y beneficios, los aceites esenciales suelen emplearse para tratar la piel atópica; y, como esta, se vincula directamente con la “piel de gallina” y la ictiosis, también son útiles para aliviar las manifestaciones de ambos trastornos cutáneos.
Aplicalos en forma de compresa sobre la zona afectada. Recordá diluirlos previamente en aceite vehicular como el aceite de jojoba o almendras.
Sus cualidades bactericidas y antisépticas son efectivas para sanar lesiones de la piel, calmar la picazón y reducir la irritabilidad cutánea. Ayuda a las pieles secas y maduras porque ejerce una importante acción reequilibrante sobre las glándulas sebáceas.
Es rico en nutrientes que proporcionan importantes beneficios curativos a la piel, favoreciendo su hidratación y nutrición, además de aportarle suavidad. Contribuye a regular las secreciones sebáceas, tonificando la piel y permitiéndole recuperar parte de su humedad natural.
Gracias a sus cualidades desinfectantes, cicatrizantes y vulnerarias, este aceite ayuda a sanar lesiones, llagas, eczemas, dermatosis y otras afecciones cutáneas.
Sus cualidades bactericida, antiséptica, vulneraria, pero principalmente antihistamínica, convierten a este aceite en una efectiva alternativa para paliar y tratar dermatitis y otros trastornos cutáneos de origen alérgico.
Gracias a su capacidad antiséptica y bactericida, interviene en los procesos de purificación de la sangre, incrementando así la oxigenación de la misma. Por estas razones, se lo tiene en cuenta en los tratamientos que combaten la queratosis pilaris.
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Importante: La aromaterapia no reemplaza ninguna preescripción o consejo médico. Si estás embarazada, consultá a tu médico antes de usar aromaterapia.
Fuente: Depto. de Capacitación Deva’s